Recuerdo una vez que viajé a Londres. Bueno, una vez no, unas cuantas. Pero la última en concreto, me llevé de vuelta a España una buena torta de realidad.
Después de comprobar que cada fin de semana (por lo menos), en la ciudad londinense había un concierto de un cantante internacional importante, a la altura de Beyoncé, Justin Timberlake, Alicia Keys etc., me di unas cuantas vueltas por la ciudad. Lo que vi, me marcó.
Vayas donde vayas, habrá un cantante desconocido en algún lugar (en el metro, en mitad de una calle en un barrio cualquiera, en un bar). Pero cantando canciones propias, con letras profundas y voces para quedarte todo el día escuchando, mejores que algunos de nuestros superventas patrios, sin duda. Y lo más fuerte de todo es que nadie se paraba a escucharlos. Yo flipando, pensando "¿pero es que sólo lo puedo ver yo o qué?".
He vivido en Madrid 5 años y he visto gente cantar de todos los colores. Y creo que nunca he visto ni uno sólo de ellos que se les pueda comparar. Mi pregunta es... ¿Crisis en la industria española por subidas de impuestos? ¿Por falta de apoyo de gobiernos de turno? ¿Porque gobierna Mi Tía La Pelá o Rita La Cantaora? ¿O es que a lo mejor no tenemos el suficiente talento? Viendo aquello, me tengo que inclinar más por lo segundo, muy a mi pesar. Por eso en este blog vamos de Australia a Reino Unido, pasando por USA, sin atender demasiado a lo que ocurre delante de nuestras narices. Porque a veces, huele que apesta...
Jessie Ware, británica, de 29 años, nos sirve para ejemplificar la cuestión. Conocida por "Wildest Moments", aunque de ella prefiero "Tough Love" y "If You're Never Gonna Move ", se marca lo que creo que podría ser un tema que la catapulte al panorama internacional de una vez, aunque todo depende de sus ganas de promocionarlo. Letra estupenda, interpretada por una voz que brilla (aunque no deslumbra), con una canción que termina de arrancar después del puente (un poco tarde, pero se agradece). Un videoclip más simple imposible, pero hace que la canción sea la protagonista. ¡A disfrutar!
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